top of page

Emilia Cañas González, Investigadora CICE, Presidenta de Consejo Asesor del Ministerio de Ciencias.

Por Nicolás Cortés G. y Carlos Zurita R.

Durante el último Congreso Nacional de Investigación e Innovación Escolar del Ministerio de Ciencia en marzo de este año, se hizo elección de lo que sería el primer Consejo Asesor de Niñas, Niños y Adolescentes del ministerio. En aquella oportunidad, María Emilia Cañas González, investigadora CICE desde 2022, fue elegida como miembro del consejo. Ahora, fue elegida como Presidenta del mismo.

Conversamos con ella respecto a este y otros temas.


¿Cómo llegaste a formar parte de este consejo?

La elección de los consejeros por parte de Explora (el cuál es mi caso) fue por medio de vías de votación, en la que los investigadores del XXI Congreso Nacional sufragamos en pos de la elección de ocho candidatos, grupo compuesto bajo el marco de una división pareja entre enseñanza media y básica, paridad de género y representación territorial. El Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes cuenta con un total de 16 integrantes, ocho provenientes del ya mencionado Congreso Explora, cuatro de Consejos Consultivos Comunales de la Niñez, designados por el Consejo de la Sociedad Civil de la Niñez del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, y cuatro miembros del Consejo de la Sociedad Civil del Ministerio de Educación.


¿Cuál es la función del consejo en el Ministerio de Ciencia?

El Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes (CNNA) se establece como un espacio de participación ciudadana, en el que se busca potenciar la participación de jóvenes en la toma de decisiones y el planteamiento de las políticas públicas y programas correspondientes al Ministerio, es, por tanto, un espacio de carácter consultivo, en el que la recolección y manifestación de opiniones tienen un rol protagónico.


En lo personal, ¿qué esperas del consejo?

Espero que el consejo sea un espacio incidente, en el que efectivamente las propuestas se traduzcan en una mejor aplicación de las herramientas respectiva a las temáticas tratadas, que permita masificar la participación, cohesión y educación de niños, niñas y adolescentes en las áreas de innovación, investigación, ciencia y tecnología. Confío además que será un espacio representativo de las realidades del país, que permita, no solo plantear y levantar inquietudes sino también soluciones coherentes a estas problemáticas.


¿Cómo llegaste a ser la presidenta del consejo?

La elección de los cargos se sometió a votación. La directiva queda finalmente compuestas por María Emilia Cañas (Presidenta), Martín Campos (Secretario Ejecutivo) e Isidora Gómez (Secretaria de Actas).


¿Qué expectativas tienes de tu rol de presidenta?

Las responsabilidad con la que me siento más afín en este proceso, es el velar por que este espacio nos permita sacar adelante un modelo de diálogo significativo, en el que se demuestre que la discusión, proposición y contraposición de ideas no son excluyentes del buen trato, y que las diferencias y diversidades permiten levantar proyectos representativos, factibles y consensuados, potenciando los factores comunes en base a los objetivos y necesidades establecidas.


¿Cuánto crees que influyó CICE para que participaras en el consejo?

El centro de investigación científica escolar es un espacio que sin duda potencia el anhelo por la participación, y en el que la bases divulgativas e investigativas que adquieren quienes han sido parte de CICE cumplen un papel fundamental en su formación. Pero estos aprendizajes no pueden quedar solo en la aplicación científica, y aquí es cuando se plantea como indispensable la real divulgación de los proyectos, en la que el traspaso efectivo del conocimiento a la comunidad permite la real incidencia de los resultados, finalmente mi integración en el consejo inicia con el objetivo plasmar el aprendizaje y la experiencia adquirida, en pos de fomentar que más niños, niñas y adolescentes se integren al mundo de la ciencia y participación ciudadana, buscando para esto facilitar el acceso y cercanía a espacios enriquecedores que permitan e incentiven su incorporación.


¿Qué tan importante es para ti el enfoque de género en este consejo, y en las propuestas que entregues?

Creo que la participación equitativa de los géneros permite sin duda potenciar los enfoques y puntos de vista implicados en la toma de decisiones, y, por tanto, la integración de espacios consultivos debe ser, en todo sentido, en base a la representatividad de la realidad.


¿Qué consejo le darías a otros jóvenes que deseen iniciar iniciativas similares para promover la ciencia entre los niños y adolescentes?

Que busquen instancias de participación y se atrevan a dar ese primer paso que muchas veces cuesta, pero que sin duda permite desarrollar herramientas y acercarse a experiencias considerando sus propias motivaciones y las cosas que les hacen sentido. Para desde ahí, empezar a formarse como persona, científico, investigador y ciudadano, proceso constante que creo no es solo personal sino colectivo, en el que aprender, a aprender de otros, permite consolidar un raciocinio enriquecido y una sociedad colaborativa.


¿Cómo equilibras tu papel en el consejo con tus responsabilidades escolares y personales?

Creo que para las actividades que aluden a lo que a uno le motiva siempre habrá espacio, y que con planificación y organización se pueden hacer muchas cosas. De todas formas creo fundamental el tener una clara definición de prioridades ya que la toma de decisiones se arraiga en estas.


La educación científica a menudo implica cometer errores y aprender de ellos. ¿Puedes compartir un ejemplo de error hasta ahora?

Creo que la educación in situ se basa en aprender de los errores, y por tanto la ciencia no solo no queda exenta de estos, sino que por experiencia propia puedo decir que los aumenta exponencialmente, por lo que la perseverancia y constancia ante estas dificultades si es que no se tiene, se aprende, pero es el sustento para cualquier investigación. De todas formas aunque no nos gusten los errores en el momento, ya que muchas veces implican un mayor desgaste, a mi parecer son necesarios dentro de cualquier proceso de aprendizaje, permiten el replanteamiento y autocrítica en el trabajo, nos hacen cambiar los enfoques y buscar formas nuevas de pensar las cosas.


Finalmente, ¿cuál es tu próxima meta?

Mis objetivos actualmente están puestos en poder aprovechar y sacar lo mejor de los proyectos en los que soy parte, para poder seguir aprendiendo desde la experiencia y empapándome del conocimiento de otras personas y realidades. Velando siempre por tener una mirada crítica de la realidad y formar un posicionamiento sólido como agente de cambio.


174 visualizaciones
bottom of page